viernes, 29 de mayo de 2009

El pelazo

No conocía este Aria, ni esta Ópera hasta la semana pasada.

Toqué en una de esas galas líricas que acaban en bronca: el público de la lírica es exigente y en el último momento la soprano enfermó, así que aquello se convirtió en una buena bronca, muy futbolera o taurina, o del tipo en el que la gente que asiste a un espectáculo tiene la intención de apasionarse, de entusiasmarse a fondo. No me parece mal que la gente rompa los estrictos protocolos que se les imponen por el hecho de asistir a un concierto, pero, como intérprete, preferiría que estallaran de júbilo y no de decepción; ¡qué le vamos a hacer!

No voy a hacer ningún comentario a priori sobre la música que aquí os dejo hoy. Me gustaría, por una vez y como experimento, que fuerais vosotros, los visitantes del blog, quienes opinaran, y también los que comparasen y eligieran la versión que más os guste.

De Sansón y Dalila, de Camille Saint-Saens, "Mon coeur s´ouvre a ta voix". Quizá, como Orfeo fue la primera leyenda sobre el poder de la Música, esta sea la primera historia que habla sobre el poder de una buena melena, de tener un buen pelazo, o de la impotencia de los calvos, a cuyas filas me uniré a poco tardar. ¿Quién cree a estas alturas en las leyendas del Antiguo Testamento?


DALILA
Mon cœur s'ouvre à ta voix
comme s'ouvre les fleurs
Aux baisers de l'aurore!
Mais, ô mon bien-aimé,
pour mieux sécher mes pleurs,
Que ta voix parle encore!
Dis-moi qu'à Dalila
tu reviens pour jamais!
Redis à ma tendresse
Les serments d'autrefois,
ces serments que j'aimais!
Ah! réponds à ma tendresse!
Verse-moi, verse-moi l'ivresse!
SAMSON
Dalila! Dalila! Je t'aime!

DALILA
Ainsi qu'on voit des blés
les épis onduler
Sous la brise légère,
Ainsi frémit mon cœur,
prêt à se consoler
À ta voix qui m'est chère!
La flèche est moins rapide
à porter le trépas,
Que ne l'est ton amante
à voler dans tes bras!
Ah! réponds à ma tendresse!
Verse-moi l'ivresse!
SAMSON
Par mes baisers
je veux sécher tes larmes
Et de ton cœur éloigner les alarmes.
Dalila! Dalila! Je t'aime!






lunes, 18 de mayo de 2009

Ilustración, Sturm und Drang y otras Disonancias

"Ver tratado lo difícil con facilidad nos da la impresión de lo imposible", escribió Johann Wolfgang von Goethe en Las afinidades electivas. Y en la obra que pongo hoy en la palestra esta frase se convierte en axioma: El Cuarteto de Cuerda en Do Mayor KV 465 de Wolfgang Amadeus Mozart, también llamado Cuarteto de las Disonancias.

La Historia da la paternidad del Cuarteto de Cuerda a Haydn, que fue maestro de Mozart. Una formación de cámara de lo más uniforme. Haydn muestra su maestría y experimentación con sus Cuartetos op. 20, a la que poco después Mozart contesta con sus Seis Cuartetos como regalo a su maestro. Haydn digiere con calma el regalo y tras unos años escribe sus Cuartetos op. 33. Mozart, trastornado por la respuesta de Haydn, le dedica "al caro amico" otra serie de Seis Cuartetos entre los que está este Cuarteto de las Disonancias, que juega en sus primeros compases con una ambigüedad tonal desconocida hasta ese momento. Haydn, de nuevo, se toma su tiempo para asimilar las novedades y osadías de su joven amigo y compone la serie de Cuartetos "Tost". En poco tiempo Mozart responde al intercambio con sus Cuartetos Prusianos.

Entre los dos compusieron alrededor de 80 cuartetos de cuerda. Da la sensación de que les estimulaban a cada uno los avances del otro, que donde uno terminaba de desarrollar sus osadías aparecía el otro con nuevas ideas que daban otra vuelta de tuerca. En sus Cuartetos (los de ambos) asentaron las bases de una de las formaciones de cámara más homogéneas y completas y abarcaron por completo el mundo tonal. Después llegó Beethoven e hizo la Revolución, pero de eso me ocuparé otro día.


La época de la Ilustración estableció, entre otras cosas, un nuevo orden social que se basa en el ascenso de las clases medias, debido a su cada vez mayor poder económico, a estamentos y funciones sociales que antes estaban reservadas a la nobleza y las clases más altas. Haydn y Mozart representan con sus condiciones laborales este cambio social: mientras el viejo (1732-1809) Haydn trabajó toda su vida como sirviente de una única familia noble, el joven (1756-1791) Mozart no asumió ese sistema de patrocinio aristocrático sino que vendía sus óperas, por ejemplo, directamente a los teatros: la burguesía ya empezaba a tener acceso al arte. Esta situación laboral de Mozart no le libró del hambre en ocasiones, forjando así la imagen de genio hambriento, que da sablazos a sus amigos, enterrado en una fosa sin nombre, que tenemos gracias a, entre otros, Milos Forman.

Pero la época de la Ilustración no fue homogénea en toda Europa, y frente al Racionalismo francés, apareció la "sentimentalidad" germánica. En Música se llamó en principio Empfindsamkeit, y planteaba la posibilidad de cambiar de una emoción a otra dentro de la misma pieza musical, en contraposición a la estética barroca de los Affekt (afectos), que concebía la emoción en la música, pero la misma a lo largo de toda la pieza.


Pronto el Empfindsamkeit fue parte de una corriente estética mucho más amplia que abarcó a todas las artes germánicas: el Sturm und Drang (Tempestad y Empuje). Movimiento intelectual y literario que toma el nombre de una obra teatral de F.W. von Klinger, representa , frente al racionalismo francés, la emoción, la experiencia individual y la imaginación creativa.

Este era el entorno en el que Mozart escribió este Cuarteto de las Disonancias. Este sobrenombre se debe a su Adagio inicial: oscuro, confuso, como si los instrumentos no se pusieran de acuerdo; hasta que inevitablemente aparece la luz y nos hace caminar hacia ella, frescos, purificados. Sólo es un minuto de confusión y tras él aparece una forma clara, su forma sonata, sus cuatro movimientos, su absoluto dominio de la situación. ¡Fantástico! Como cuando al despertar de una pesadilla todavía no nos creemos que las tinieblas hayan desaparecido, pero en cuanto nos desperezamos del todo ya no podemos recordar qué nos atormentaba durante el sueño.

Os dejo la versión del Cuarteto Melos, esperando que la disfrutéis.

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jueves, 14 de mayo de 2009

Ella & Louis

Míentras escribía la entrada anterior estaba escuchando el Porgy & Bess de estos dos monstruos, y me he calentado buscando en youtube. Aquí os dejo otra joya.

Porgy & Bess - George Gershwin

Tiempo atrás fue una escuela, y el nombre del profesor que allí enseñaba a los niños le dio nombre a este lugar cuando se convirtió en un bar. Un retrato del viejo profesor nos observaba, severo, colgado en lo alto de una pared. Pasé mucho tiempo en este bar. Tanto que, medio en broma medio en serio, puse que este era mi domicilio en el formulario de inscripción de la biblioteca local; lo cierto es que en algún tiempo era más fácil encontrarme aquí que en cualquier otro sitio y, junto a facturas, albaranes, cartas del banco o del seguro y demás correo propio de un bar, aparecían cartas de la biblioteca a nombre de un señor que era yo.

A veces los bares y las escuelas comparten una función pedagógica. Fue en este lugar donde aprendí a jugar al billar, al ajedrez, a las cartas, y también a charlar sobre nada en particular durante horas y horas. Horas y horas con amigos fugaces o eternos. Paredes de piedra, techo diagonal, microclima húmedo, música en directo, dibujos, teatro; se echa de menos.

Esta taberna, cuya clientela habitual conformaba un genial carnaval permanente, también abrió mis orejas a otros tipos de música en las que nunca había puesto mi atención. El dueño del bar es un gran aficionado al jazz y poco a poco me fue metiendo el veneno en un quid pro quo en el que yo le envenenaba con Beethoven. Escuchamos con un grado de atención variable entre ruido y charla tantas veces la Sexta de Beethoven o la Obertura de Egmont como Ascenseur Pour L'Échafaud de Miles Davis o a Oscar Peterson o al Dave Brubeck Quartet.

Pero por encima de todo estaba esta música que os dejo hoy aquí.


George Gershwin compuso esta ópera "negra" a principio de los años 30 del pasado siglo. Se basaba en la novela Porgy de DuBose Heyward, y en la pieza teatral del mismo nombre. Los textos de la obra final son de Ira Gershwin (hermano de George) y de Heyward, autor de la novela y de la obra teatral junto a su esposa Dorothy. Es una especie de ópera folclórica del sur de los Estados Unidos y, tanto en los textos como en la música, utiliza referencias idiomáticas de la cultura negra de los Estados Unidos. En su estreno en Nueva York en 1935 todo el reparto estaba formado por cantantes negros.

La historia se desarrolla en Charleston, Carolina del Sur y narra la historia de Porgy, un inválido que trata de rescatar a Bess de su proxeneta Crown y de un traficante de drogas: Sportin´Life.

Si no la conocéis, escuchadla, es mucho más que el archiconocido Summertime.


La versión con Ella Fitzgerald y Lois Armstrong es un clásico y una referencia, pero no sólo son sus voces y la trompeta de Louis, la orquestación es genial, te lleva, está llena de energía y dulzura: es una maravilla.

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El día que cerró el bar del que os hablaba al principio, el dueño, que ya a estas alturas era amigo, me llevó aparte y me regaló la copia de este disco que tantas veces habíamos escuchado juntos. Toni, por si lees esto, debes saber que lo guardo aún hoy y que lo sigo disfrutando todavía. Gracias, desde el palomar.

sábado, 9 de mayo de 2009

Demasiados sospechosos


En la corte de los Kennedy coexisten eunucos dálmatas -acojonados en las arenas de Long Island-, caleseros de Nanterre, cocineros suizos, (excelentes), un embajador soviético, pom pom girls de California, viudas de cinco guerras mundiales, dos objetores de conciencia australianos, un campeón mundial de ping-pong que ha traído su mesa predilecta, tres camiseros maricas que duermen en habitaciones separadas, un gaucho disecado por Ted (precoz taxidermista desde que Rose le regaló un equipo completo el día de su primera comunión), un pelotari vasco cejijunto, media docena de cantantes suaves como un batido de vainilla, dos viejos marinos enamorados de dos gordísimas sirenas de Siracusa, diez defensores de derechos civiles con sus correspondientes defendidos, un sheriff malo, dos sheriffs buenos, un batería de jazz tuberculoso que se masturba en los retretes del todo Boston, un agricultor abisal especializado en injertos de alga Rosalind, un capador de polillas, un poeta concreto que cruje al andar, una virgen samoyeda que se perdió en el polo norte, una doctora española especializada en zonas erógenas, dos cantantes de jazz con cáncer de garganta, un defensa central del Manchester United y un interior izquierda del Manchester City, un filósofa alemán especializado en sí mismo (su mujer le precede por los pasillos pidiendo silencio a los que se les cruzan), dos presidentes de juntas de vecinos de Ankara, un primo hermano de Hitler, que se le parece mucho en el andar y en la especial entonación de la palabra espátula, un meteorólogo, un domador de gallinas, un dentista florentino, príncipes enanos abandonados en los cubos de basura, un campeón de partidas simultáneas de ajedrez, el traductor de Oscar Wilde al ucraniano y la verdadera princesa Anastasia, definitiva baza legal que Occidente se reserva para reclamar el trono de la URSS, un segundo antes de la agresión nuclear.
Yo maté a Kennedy-Manuel Vazquez Montalbán

jueves, 7 de mayo de 2009

Caminando por el museo


Durante 10 días de Junio de 1874 Modest Mussorsky compuso esta obra programática: Cuadros de una exposición. Uno de los mejores amigos del autor fue el arquitecto y pintor aficionado Victor Hartmann. La muerte de éste en 1873 a la edad de 39 años sumió al inconstante e inestable Mussorgsky en una gran desolación. Al año siguiente de su muerte se organizó una exposición en honor a Hartmann en la que se mostraba una amplia muestra de su obra pictórica. Y esta es la exposición cuyos cuadros observamos en esta fantástica música.

Originalmente fue una obra para piano en la que se describen 10 cuadros de esa póstuma exposición de Hartmann, así como una especie de idea fija musical, que es el Paseo (Promenade) que abre la obra y aparece entre las descripciones musicales de los cuadros, pero nunca es igual que al principio, como si el cuadro que acabáramos de observar hubiera modificado nuestra percepción y hasta el hecho de caminar de un lugar a otro de la sala de exposiciones se hubiera transformado en algo más que una experiencia física. No todos los cuadros que "pinta" Mussorgsky en esta obra estaban en la exposición real: muchos pertenecían a su colección particular, otros estaban sacados de ilustraciones o dibujos e incluso el último, la Gran Puerta de Kiev, era un boceto arquitectónico.


La obra original para piano apenas se toca, al menos yo nunca la he escuchado, mientras que la obra ha pasado más a la Historia en la versión orquestal de Maurice Ravel. También pasa esto con la orquestación de Rimsky-Korsakov de Una Noche (de San Juan) en el Monte Pelado. Mussorgsky fue un compositor muy inconstante, terminó muy pocos de los trabajos comenzados y aparte de las dos obras citadas, sólo resta en el repertorio habitual sus óperas Boris Godunov y Kovanchina.


Pasó a la Historia Mussorgsky también por su desordenada vida, digna de una novela de Dovstoievsky y por el abuso descontrolado del alcohol. También perteneció al llamado Grupo de los Cinco de San Petersburgo, junto con Mili Balakirev, Cesar Ciu, Alexander Borodin y Nikolai Rimski-Korsakov. Juntos impulsaron el nacionalismo romántico ruso. A mí eso de los Cinco siempre me sonó a los Dalton.

Os dejo la versión de los Cuadros de Karel Ancerl dirigiendo la Orquesta Filarmónica Checa.