miércoles, 30 de septiembre de 2009

Czardas de Monti. Roby Lakatos

Para terminar el mes con un poco de energía os dejo las Czardas de Monti, otra vez, tocada por Roby Lakatos, primero con Erasmo Capilla y luego solo con su grupo. Creo que este es el estilo interpretativo que Vittorio Monti tenía en la cabeza cuando buceaba en el espíritu de la música zíngara para componer esta obra.

Lakatos, imprescindible.



¿Czardas de Monti? No me la sé. Victor Borge

Victor Borge, el genial pianista-músico-humorista, junto a Anton Kontra, al violín, tocan las famosas Czardas de Monti. Pero Borge no se sabe el acompañamiento de piano. ¿Algún problema? No, yo te sigo.

¡Y cómo le sigue!

Czardas de Monti para violín de 36/4

Absolutamente impactante, como ver bailar ballet en tutú a un elefante.
Maxim vengerov y Bassione amorosa.

martes, 29 de septiembre de 2009

Henry Purcell-Abdelazer

Aphra Ben fue un personaje interesantísimo en la historia de la Literatura. Virginia Wolf escribió algo así sobre ella en The room of one´s own (Una habitación propia): "Todas las mujeres deberían dejar flores en la tumba de Aphra Ben, pues fue ella quien ganó para ellas el derecho de expresar sus ideas".

http://es.wikipedia.org/wiki/Aphra_Behn

Abdelazer o La venganza del moro es una de sus obras teatrales y Henry Purcell la tomó como inspiración para una Suite de música incidental. La trama dramática transcurre en la Reconquista Cristiana de la Península Ibérica y narra los amoríos, las lealtades y las traiciones en territorio fronterizo. Es muy conocido uno de sus Rondeau, sobre todo por su intensa presencia cinematográfica. Por ejemplo en la adaptación al cine de la obra de Jane Austen Orgullo y Prejuicio:


Os dejo una versión completa y con narrador de la Orquesta de los Adioses (grabado en directo en la Colegiata San Juan Bautista de Gijón en Octubre de 2008).




lunes, 28 de septiembre de 2009

Cadenza

Dice un diccionario de términos musicales:

CADENZA: Pasaje solista de carácter virtuoso, desarrollado como una improvisación, que suele insertarse cerca del final de una composición o sección musical. Las cadenzas brindan al solista la oportunidad no sólo de demostrar su brillantez técnica, sino también de mostrar su talento para elaborar los materialos básicos de una composición. [...]
Os dejo un ejemplo de cadenza en el último movimiento del concierto para violín y orquesta nº3 KV 216 de Mozart con Gilles Apap, célebre violinista francés, como solista.




La propina de este mismo concierto, que no podría ir por otro lado.

Bohemian Rhapsody-Mnozil Brass

Ya hace tiempo que vi este vídeo entre nubes en casa de un buen amigo. La canción impresionante, cantan de maravilla y tocan increíble. Envidio profundamente el país en el que este tipo de grupos forman parte del engranaje cultural, porque no es el caso del nuestro, en el que los músicos "clásicos" se toman tan en serio a sí mismo que no pueden más que despreciar todo lo que no se acerca a su "excelencia". ¿Cómo puede haber élite de algo en lo que no hay base?
Siento el pataleo. ¡A disfrutar!



http://www.mnozilbrass.at/

J.S. Bach. Cantata BWV 36c. ¡Feliz cumpleaños, maestro!

Termino hoy y sólo por el momento este pequeño ciclo de posts relacionados con las Cantatas Profanas de Bach. (http://serunmusicocualquiera.blogspot.com/2009/08/js-bach-cantata-bwv-211-o-el-vicio-del.html y http://serunmusicocualquiera.blogspot.com/2009/09/js-bach-cantata-bwv-209-despedida-la.html

Y lo termino con una cantata que no es propiamente profana. Bach, demostrando su mimo por esta obra o su cintura para el reciclaje, hizo al menos cinco versiones, alguna de éllas con texto y uso religioso y otras no, como es el caso de esta primera versión, catalogada BWV 36c y titulada, como es habitual, con el primer verso del texto que en este caso canta el coro: "Schwinget freudig euch empor", que en castellano viene a ser algo así como: "Elevaos con alegría hacia los astros". El texto es del libretista Picander.

Me fijo especialmente en esta cantata porque, en esta su primera versión, está dedicada "al cumpleaños de un maestro de escuela". Y este es el oficio que ejercen muchos miembros de mi familia; se podría decir que es el negocio familiar, no es como una familia dedicada a la banca ni a la construcción, ni a la ¿alta? política, ni a la importación de aceite de oliva; no voy a heredar grandes capitales gracias al negocio familiar, pero si bien no proporciona rendimientos crematísticos relevantes, genera muy buenas conversaciones y sobre todo, no sé muy bien cómo, una educación de la que uno se puede sentir humildemente orgulloso. Y la tradición continúa: http://separeceaheidi.blogspot.com/2009/06/lehrerin-von-beruf.html

Además hoy es el cumpleaños de mi padre, que ejerció buena parte de su vida el oficio que también Bach admiraba: maestro de escuela. Así que, como Bach le dedicara en su día a su amigo profesor de Leipzig esta cantata con motivo de su cumpleaños, yo le dedico hoy a mi padre por su cumpleaños, humildemente, esta entrada.
Os dejo la versión de Kammerorchester Berlin, dirigida por Peter Schreier, con Edith Mathis (soprano), Peter Schreier (tenor), Siegfried Lorenz (bajo) y el coro Berliner Solisten.

viernes, 25 de septiembre de 2009

J.S. Bach. Cantata BWV 209. Despedida a la italiana.

Son sólo dos las cantatas de J.S. Bach cuyo texto está en italiano: Amore traditore (BWV 203) y Non sa che sia dolore (BWV 209), ambas cantatas profanas. Hoy hablaremos de esta última.

Fue compuesta en el período en que el compositor vivió en Weimar, siendo muy joven, trabajando al servicio del duque Johann Ernst II.


Está escrita en cinco movimientos para soprano, orquesta de cuerda, flauta (con un destacado papel) y bajo continuo.

El texto de la cantata es el siguiente:

1. SINFONIE

2. RECITATIVO
Non che sia dolore
Chi dall'amico suo parte e non more.
Il fanciullin' che plora e geme
Ed allor che più ei teme,
Vien la madre a consolar.
Va dunque a cenni del cielo,
Adempi or di Minerva il zelo.

3. ARIA
Parti pur e col dolore
Lasci a noi dolente il core.
La patria goderai,
A dover la servirai;
Varchi or di sponda in sponda,
Propizi vedi il vento e l'onda.

4. RECITATIVO
Tuo saper al tempo e l'età contrasta,
Virtù e valor solo a vince basta;
Ma chi gran ti farà più che non fusti
Ansbaca, piena di tanti Augusti.

5. ARIA
Recitti gravezza e pavento,
Qual nocchier, placato il vento,
Più non teme o si scolora,
Ma contento in sua la prora
Va cantando in faccia al mar.


En castellano:

1. SINFONÍA

2. RECITATIVO

No sabe lo que es dolor
quien al separase de un amigo no muere.
El ser que llora y teme,
cuando más asustado está,
viene su madre a consolarlo.
Los cielos cumplen
los deseos de Minerva.

3. ARIA

Márchate y con dolor
deja a mi corazón doliente.
Satisfarás a la patria,
cumplirás con tu deber;
Cruza a la otra orilla,
que te sean favorables el viento y la mar.

4. RECITATIVO
Tu saber con el tiempo y los años contrastan,
para vencer bastan la virtud y el valor.
Serás aún más grande que antaño,
Ansbach, llena de Augustos.

5. ARIA
Vencidos la tristeza y el temor,
igual que el timonel, una vez calmado el viento,
ya no teme ni se angustia,
y alegre en la proa
va cantando cara al mar.


El texto corresponde al estilo de las escenas de despedida muy utilizadas en las óperas italianas de la época. El resto, es decir, la música, no está muy influido por la música italiana, es puro Bach lo que significa que es pura maravilla.

No sabe lo que es el dolor quien al separarse de un amigo no muere.

Os dejo la versión de Kammerorchester Berlin, dirigida por Peter Schreier y la soprano Edith Mathis.
P.D.: Carlota, espero haber acertado ahora, un beso.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Aquellos maravillosos maestros

Si nos preguntamos qué hace bueno a un intérprete, es pertinente reflexionar sobre las cualidades que adornan a un buen orador, ya que están íntimamente relacionadas. Un buen orador es alguien con buena voz, dicción y emisión, que tiene algo importante que decir y lo expresa con autoridad, de tal manera que pueda ser comprendido por todos quienes le escuchan. Por analogía, un buen intérprete es aquel cuya ejecución combina una consumada maestría técnica con una interpretación comprensible y convincente para quienes le escuchan.

Existe también otra analogía. Rara vez logrará un orador conmover a su público si cada una de sus palabras, inflexiones y gestos produce la impresión de estar cuidadosamente preparado y meditado de antemano. Las mismas palabras pueden resultar infinitamente más eficaces si parecen surgir espontáneamente de la mente del orador en el momento mismo en que son verbalizadas y si la entonación de su voz, sus pausas, sus gestos y todos los demás rasgos de su discurso parecen brotar genuina y naturalmente de los pensamientos que expresa en cada momento. Dicho de otro modo, cuanto menos ensayado parezca el discurso, tanto más eficaz resultará.

Este mismo criterio es aplicable al músico. Las grandes interpretaciones siempre tienen algo de improvisación. El artista se siente emocionado por la música que ejecuta, olvida la técnica y se abandona con libertad improvisadora a la inspiración del momento. Una ejecución así es la única que puede transmitir la esencia de la música al oyente con la inmediatez de una genuina recreación. Por otra parte, está el intérprete que estudia de antemano cómo producir la impresión de que experimenta ciertas emociones estudiando meticulosamente hasta el último movimiento del vibrato, calculando matemáticamente hasta el último matiz, planificando en función de una tabla exacta de duraciones hasta el último rubato con el fin de rehuir toda "tentación improvisadora". Un ejecutante así sustituye la verdadera inspiración por un sentimiento sintético, un facsímil mecánico de la emoción. Quizá consiga engañar a sus oyentes en lo que a la naturaleza de su método se refiere, pero no conseguirá confundir sus emociones. Es posible que el público en su conjunto carezca de capacidad de razonamiento profundo sobre tales temas, pero tiene un asombroso instinto a la hora de distinguir entre lo que es auténtico y lo que no lo es.

Naturalmente, no debe sobreexplotarse el elemento improvisador. Todo ejecutante que no sea aún técnica y musicalmente maduro evitará dejarse arrastrar por las emociones durante una interpretación. Además, la improvisación debe permanecer siempre dentro de un marco global, de modo tal que haga justicia a los elementos estilísticos y estructura formal de la obra que se está tocando. La libertad interpretativa sólo puede basarse sólidamente en un consumado dominio técnico del medio de expresión.

La interpretación, en su más elevado sentido artístico, no puede enseñarse directamente, ya que sólo un enfoque personal y creativo puede ser realmete artístico. Aquello que deriva, de segunda mano, del maestro no puede considerarse un arte genuinamente creativo. Por eso es un gran error que el profesor imponga su propia interpretación a todos sus discípulos. Ya muy tempranamente, debe fomentar la iniciativa personal en el desarrollo del estudiante, mientras intente, simultáneamente, mejorar su comprensión, su gusto musical y su sentido estilístico. El maestro debe tener presente que su objetivo supremo ha de ser siempre lograr que el estudiante sea autosuficiente. La imitación no da nunca frutos de valor. Como dijo en una ocasión Kreisler: "El exceso de estudio puede ser peor que su deficiencia".


Ivan Galamian-Interpretación y enseñanza del violín

jueves, 17 de septiembre de 2009

En el nombre de Dios



Es cuando hay Dios cuando todo está permitido; así que nadie tan ferozmente peligroso como el justo, cargado de razón.
Rafael Sánchez Ferlosio.

lunes, 14 de septiembre de 2009

La dieta de los alcaldes

Mi operador de televisión por cable acaba de cambiarme sin previo aviso la CNN por un canal llamado VIAJAR. En principio no tengo nada en contra ya que no me encuentro entre los españoles, envidiados insanamente por mí, que cuentan entre sus saberes el conocimiento del idioma inglés, y por tanto la edición extra-norteamericana de la CNN no me aportaba mucho, si acaso un cierto tedio y una secreta mala conciencia por mi ignorancia.

El caso es que ayer estaba auditando el nuevo canal televisivo y me dejé llevar por un programa en el que un viajero inglés, un hermano antropomórfico de Michael Moore pero en hedonista, viajaba desde Londres hasta Glasgow por carreteras secundarias, eso sí, en un precioso Jaguar descapotable de los años 50.


Una de sus primeras paradas, que son el sabor de los viajes sin prisa, fue en un pueblo llamado High Wycombe, un lugar precioso con todo lo necesario para justificar el cliché de la Inglaterra rural: sus casitas bajas con adornos de madera, sus grises piedras normandas, sus vecinos rojigualdos, su pub con techo de paja. El programa nos explica una tradición que hay en este pueblo. Isaac Asimov en El libro de los Sucesos explica así esta tradición:

Capítulo 64 Reglas, leyes y costumbres extrañas

La población de High Wycombe, en Buckinghamshire, Inglaterra, conserva una costumbre multisecular llamada « ceremonia del peso ». A principios de mayo se procede a pesar al alcalde de la ciudad, a la alcaldesa, al suplente del alcalde, a la esposa del suplente, al secretario del Ayuntamiento, a la esposa del secretario del Ayuntamiento y a los concejales de distrito que representan los barrios que están dentro de los límites de la ciudad, a fin de averiguar si han engordado a expensas del erario público. (Al subir Cromwell y los puritanos al poder prohibieron la ceremonia en el siglo diecisiete, pero fue restaurada en el siglo diecinueve). La máquina actual para pesar fue donada por un verdulero. Consta de un asiento de satín rojo suspendido de una carátula graduada situada encima de él, con un resorte como resistencia. Todo está suspendido de un gran trípode de bronce y se le conoce como « báscula de jockey ».




Así que una vez al año, a principios de Mayo, el alcalde y parte de la corporación municipal se exponen al escarnio público de sus conciudadanos si resulta que la prueba empírica de su gordura demuestra que se han aprovechado de su puesto. Y realmente lo hacen: hoy en día el juicio-pesaje es casi una atracción turística y muchos vecinos se visten de época. Se toman muy en serio su papel y si el alcalde pesa más que el año anterior no sólo le abuchean sino que le arrojan varios tipos de hortalizas que, con puntería, pueden resultar dolorosas.



Después de conocer esta "fiesta de la democracia" (uno de los pocos lugares donde un político se expone realmente a la opinión de la tan manida ciudadanía), el pueblo me fue gustando más y más y me puse a investigarlo. En su tradición democrática no sólo está está este magnífico ejemplo: fue el primer pueblo de Inglaterra que tuvo una mujer como alcaldesa. http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/blanco.y.negro/1908/11/28/027.html
(os recomiendo vivamente este enlace: el estilo del suplemento del ABC en 1908 es para ponerlo en un museo y la explicación "darwiniana" del origen de las razas no tiene desperdicio).



Yo quisiera hacer una propuesta al noble pueblo de High Wycombe: ¿Por qué no hacer un servicio internacional de pesaje de políticos? Así cada pueblo, ciudad o región podría enviar a sus dirigentes a demostrar su honradez en la romana sin necesidad de saturar sistemas jurídicos (más kilos, más corrupción) y convertir así el hermoso High Wycombe en símbolo de la honradez de los servidores públicos, se podrían hacer viajes organizados y con el paso del tiempo es seguro que haría falta un aeropuerto internacional y probablemente un parque temático.



Yo pongo mi granito de arena y apunto en la lista de políticos para enviar al pesaje a un par de buenos ejemplares.





Vicente Álvarez Areces- Presidente del Principado de Asturias



Román Antonio Álvarez-Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Avilés

Aunque realmente si la romana la cedió un verdulero no sé yo si servirá para políticos de este peso, peso político, se entiende.

viernes, 11 de septiembre de 2009

El concierto. Álvaro Cunqueiro


Mientras escucho la música, y por muy atenta y emocionadamente que lo haga, no puedo evitar el ir construyendo, a la par que ella desenvuelve su ovillo, determinadas imaginaciones que son, de mi parte, un intento espontáneo de alcanzar su secreto, el secreto de lo que en una pieza determinada se expresa o se cree que se expresa, y el secreto del reino mismo de la cosa musical, que me parece tan enorme como vago. He tenido siempre la pretensión de “ver” a través de la música, de reducirla a mi lenguaje propio, a mi lengua personal y secreta, decidiendo sin más que la música no existe en sí, como el rubí o la rosa; está enteramente en el hombre y depende esencialmente de esta respuesta humana. Stravinsky declaró una vez que “la expresión no ha sido nunca la propiedad inmanente de la música. El fenómeno de la música nos ha sido dado con el único fin de instalar un orden en las cosas, y sobre todo un orden entre el hombre y el tiempo. La construcción hecha, el orden alcanzado, todo está dicho”. Todo está dicho del lado de Stravinsky, quizás, pero no del lado del corazón que, sensible y como presa de la inquieta soledad, escucha. Porque la música se escucha del lado de la soledad humana. Toda música digna de este nombre, según Cuvelier, expresa algo irreductible y profundo, y que es nada menos que el hombre, en lo que tiene de más particular, de más personal, de más esencial. La inteligencia, en el fenómeno musical, es la “ancilla cordis”, la sirvienta del corazón, “y la expresión musical es el fin del arte, su razón de ser”… Quizás yo no tenga derecho alguno a suministrarle al posible lector, un domingo por la mañana, esta dosis de incipientes tanteos sobre la significación de la música.



Mientras escuchaba no podía por menos que imaginar. Una superficie brillante y movediza, de una naturaleza semejante a la del mar, informe y multiforme, finamente coloreada, como si la sembrasen flores azules, violetas, pétalos de un intenso añil. Pero alguien sostiene esa superficie, con dos hilos dorados que, de pronto, giran y giran, rompen como cuando agua cae por el caño de una fuente y todo el añil se derrama, y en pequeñas y acariciadoras nubes lentamente se acerca como un susurro. Para que yo vea que el añil se disuelve, alguien se aleja, hacia el fondo, con una lámpara encendida. La idea de que estoy solo, de que todo se aleja, de que no es posible regresar a donde se pueden ver otros rostros humanos, sorprende al corazón: una vez que esa lámpara se apague, cerrarán la puerta. Quisieras adelantarte a lo que estás oyendo, o viendo. No puedes esperar: te dices que es tarde, y sospechas que aunque puedas regresar todo estará cerrado: la casa, los ojos de las gentes, el agua para la sed, el fuego. (La imaginación de que alguien está escondiendo fuego, un fuego de vivas y bulliciosas llamas, me sorprende a menudo oyendo ciertas composiciones que podrían ser clasificadas de “tranquilas” o simples “divertimentos”; todo el asunto- por decirlo de algún modo- consiste en esconder el fuego en una caja y volverlo a soltar, para esconderlo otra vez; finalmente el payaso suspende el juego porque se quema. Mejor dicho, Arlequín. Mucho tiempo después de las primeras “visiones” de este género, un sabio amigo me explicó que Arlequín era un antiguo dios subterráneo, un demonio portador de llamas, y un incendiario irreflexivo). Todo está cerrado menos tu sombra, y aun otras sombras: las que podrías reconocer, porque no cabe duda de que son humanas, de que todo lo que está sucediendo es humano y sólo tiene una explicación desde el lado del hombre, esas te huyen. Por veces una música que oías placenteramente, de pronto te angustia porque te das cuenta de que alguien se ha puesto detrás de ti, y sientes el peso de su aliento, un tic-tac cálido y acelerado, en la nuca; tragas saliva, quieres no volver la cabeza, pero no puedes resistir más y miras, y no ves nada; sin embargo, sabes también que ese tic-tac de su aliento es una palabra. Una palabra que, en algún sentido, es decisiva para tu vida, pero que más valdrá que no la oigas nunca, porque o no la entenderás o la entenderás solamente por la muerte. Es mejor que resistas, e intentes ver todo como un camino, como una larga alameda, por la que conforme avanzas vas desnudando de sus claros colores, alegres verdes, los altos árboles; todo lo que detrás de ti queda es sombra, una niebla tibia y salada, una infinita y oscura niebla de la que naces a la luz: literalmente, vas pisando luz. Sin embargo, cuando el concierto termina, cuando te levantas de tu butaca y te dispones a abandonar la sala, sabes que has tenido miedo, que has estado oyendo, quizás, con el temor de ser sorprendido, allí, delante de todo el mundo, con las palabras tuyas y tus pensamientos, sueños y acciones más ocultas.


Esta confesión- pues lo es-, la hago porque me han pedido un artículo sobre la música, sobre la significación de la música, y que yo como poeta opine. Había comenzado un borrador muy bien y muy erudito, citando a Confucio, que dice que “la música está íntimamente ligada a las relaciones esenciales de los seres entre ellos”, y a Shakespeare, que dice de la música es el alimento del amor, a la vez espiritual y material. Pero he preferido decir algo de lo que siento, y veo, a una divagación intelectual más o menos coherente.


Álvaro Cunqueiro-La Voz de Galicia, 12 de Diciembre de 1954

Bobby McFerrin-Escala Pentatónica

World Science Festival 2009: Bobby McFerrin Demonstrates the Power of the Pentatonic Scale from World Science Festival on Vimeo.

martes, 8 de septiembre de 2009

Way down in the hole-Tom Waits-The wire

Hoy quisiera recomendaros una serie. O mejor que una serie, una fantástica película de 50 horas. Se llama The Wire y en castellano se ha traducido como Bajo escucha. Como no, se emitió y produjo desde el canal americano por cable HBO, responsable de títulos como Los Soprano, Deadwood, Carnival o Sexo en Nueva York.

Narra con un estilo seco, sin manipulación emocional, la realidad de las calles, el mundo de las drogas, "las esquinas", los colegios, la prensa, la política; en otras palabras: una realidad con mayúsculas de la ciudad de Baltimore.

Yo la estoy viendo ahora por segunda vez y voy siendo si cabe más consciente de lo bien pensada que está esta obra. Entre otras cosas sorprendentes que definen el estilo televisivo-cinematográfico de la serie esá que no hay banda sonora: no hay más música durante la trama que la que sale por la ventanilla de uno de esos utilitarios-deportivos tan de moda ya a ambos lados del océano, o la canción que canturrea un policía aburrido de una vigilancia, o el himno patriótico en el velatorio etílico de un bar. Es decir, la serie no usa trucos, lo que ves es lo que hay.

Para reconocer musicalmente la serie sólo tenemos el tema de cabecera: Way Down in the Hole, del poseedor de esa voz destrozada llamado Tom Waits. En cada una de las temporadas de la serie (son 5) el tema es una variación del original. Y aquí os lo dejo.

Way Down in the Hole
When you walk through the garden
you gotta watch your back
well I beg your pardon
walk the straight and narrow track
if you walk with Jesus
he's gonna save your soul
you gotta keep the devil
way down in the hole
he's got the fire and the fury
at his command
well you don't have to worry
if you hold on to Jesus hand
we'll all be safe from Satan
when the thunder rolls
just gotta help me keep the devil
way down in the hole
All the angels sing about Jesus' mighty sword
and they'll shield you with their wings
and keep you close to the lord
don't pay heed to temptation
for his hands are so cold
you gotta help me keep the devil
way down in the hole













Por supuesto, os la recomiendo en versión original.

http://www.seriesyonkis.com/serie/the-wire/

lunes, 7 de septiembre de 2009

El olvido

Un cliché historiográfico afirma que el cambio de la dictadura a la democracia en España fue posible gracias a un pacto de olvido. Es mentira; o, lo que es lo mismo, es una verdad fragmentaria, que sólo empieza a completarse con el cliché opuesto: el cambio de la dictadura a la democracia en España fue posible gracias a un pacto de recuerdo. Hablando en general, la transición -el período histórico que conocemos con esa palabra equívoca, que sugiere la falsedad de que la democracia fue una consecuencia ineluctable del franquismo y no el fruto de una voluntariosa e improvada concatenación de azares facilitada por la decrepitud de la dictadura- consistió en un pacto mediante el cual los vencidos de la guerra civil renunciaron a ajustar cuentas por lo ocurrido durante cuarenta y tres años de guerra y dictadura, mientras que, en contrapartida, tras cuarenta y tres años ajustándoles las cuentas a los vencidos los vencedores aceptaban la creación de un sistema político que acogiese a unos y otros y que fuese en lo esencial idéntico al sistema derrotado en la guerra. Ese pacto no incluía olvidar el pasado: incluía aparcarlo, soslayarlo, darlo de lado; incluía renunciar a usarlo políticamente, pero no incluía olvidarlo.


Desde el punto de vista de la justicia, el pacto entrañaba un error, porque suponía aparcar, soslayar o dar de lado el hecho de que los responsables últimos de la guerra fueron los vencedores, que la provocaron con un golpe de estado contra un régimen democrático, y porque también suponía renunciar a resarcir plenamente a las víctimas y a juzgar a los responsables de un oprobioso ajuste de cuentas que incluyó un plan de exterminio de los vencidos; pero desde el punto de vista político -incluso desde el punto de vista de la ética política-, el pacto fue un acierto, porque su resultado fue una victoria política de los vencidos, que restauraron un sistema en lo esencial idéntico a aquel que habían defendido en la guerra (...), y porque quizá el error moral hubiese sido intentar ajustar las cuentas a quienes habían cometido el error de ajustar las cuentas, añadiendo oprobio al oprobio: eso es al menos lo que pensaron los políticos que hicieron la transición, como si todos hubieran leído a Max Weber y pensaran como él que no hay nada éticamente más abyecto que practicar una ética espuria que sólo busca tener razón, una ética que, "en lugar de preocuparse de lo que realmente corresponde al político, el futuro y la responsabilidad frente a él, se pierde en cuestiones, por insolubles políticamente estériles, sobre cuáles han sido las culpas en el pasado" y que, incurriendo en esta indignidad culpable, "pasa además por alto la inevitable falsificación de todo el problema", una falsificación que es el resultado del interés rapaz de vencedores y vencidos en conseguir ventajas morales y materiales de la confesión de culpa ajena.


Anatomía de un instante (pp. 108-109)-Javier Cercas

How High the moon.

sábado, 5 de septiembre de 2009

viernes, 4 de septiembre de 2009

Las vacaciones de un músico cualquiera: Isla de Ons
















Música americana para Orquesta de Cuerda: Samuel Barber, Irving Fine, Elliot Carter y David Diamond

Aquí os dejo un disco muy especial con música de cuatro compositores norteamericanos para orquesta de cuerda. Son Samuel Barber, Irving Fine, Elliot Carter y David Diamond. La interpretación corre a cargo de The Los Angeles Chamber Orchestra, dirigida por Gerard Schwarz.


http://www.megaupload.com/?d=UOKI7DFV