martes, 30 de junio de 2009

Por la lectura

Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.

Muchos años después hice una visita a una bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo.

Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:

a) obtiene algo a cambio.

b) es objeto de una sanción.


Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación? ¿Acaso dejaron de cobrar por el libro? ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas? ¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.

Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

José Luis Sampedro

sábado, 27 de junio de 2009

Ave María, Caccini

Giulio Caccini fue un músico italiano del siglo XVI. Trabajó durante casi toda su vida para la familia Médici de Florencia y por su origen romano se le conocía también por el nombre de Giulio Romano. Fue compositor, cantante e instrumentista (tocaba la viola, el laúd, el arpa y la cítara). Fue un miembro activo de la Camerata Florentina, grupo perteneciente al movimiento humanista formado por escritores, músicos y eruditos en general. Participó activamente con este grupo en la renovación del teatro y en el papel que debía desempeñar la música en él, para lo que creó un tipo de monódica denominado recitativo, en el que defendía los principios de la expresividad y de la simplicidad comunicativa del “recitar cantando”.

Pero él no compuso esta obra.

Fue compuesta en 1970 por Vladimir Varilov. Éste realizó en 1972 una grabación de su "Ave María" en la que se reflejaba que el autor era anónimo. Sólo después de la muerte del compositor ruso (1973) se atribuyó la autoría de la obra al músico italiano y así ha llegado hasta nuestros días, si bien resulta evidente que el estilo no se corresponde con la música del siglo XVI.

En cualquier caso, no es importante la paternidad de la obra, sino su enorme belleza y expresividad. Y la interpretación de Sumi Jo pone los pelos de punta.

miércoles, 24 de junio de 2009

Volare

Si la anterior entrada nos mostraba a un gran intérprete de Paganini, si bien no lo era como violinista, la entrada de hoy, sin diferenciarse mucho en la puesta en escena, nos habla de la adolescencia con web-cam.

En la época de mi adolescencia, estando encerrado en tu cuarto, a veces se abría la puerta de repente y alguno de tus progenitores se asomaba: a menudo se encontraban con escenas relacionadas con el furor hormonal, un momento incómodo para todos pero al fin y al cabo dentro de la normalidad de tener en casa un afectado por la "edad del pavo".

Pero, ¿qué piensa una madre cuando entra en el cuarto de su hijo adolescente y se encuentra ésto? Es muy divertido, ¡disfruten! ¡Vivan las noches frescas del verano!

lunes, 22 de junio de 2009

Concierto para caras en Re Mayor

O un estudio sobre el narcisismo en internet. Así se titula este gran descubrimiento.

Este tío, que sin duda tiene que ser un buen actor, tiene mucho que enseñar sobre expresividad a cualquier músico, como yo. Generalmente nos acercamos tanto a la música que interpretamos que perdemos la perspectiva y olvidamos la esencia de nuestro trabajo: expresar. Expresar lo que la música lleva implícito traducido a nuestro propio "idioma" emocional.

Y ésto lo hace este prójimo con su cara y un disco de Paganini. ¡Qué buen director de orquesta nos estamos perdiendo!


lunes, 15 de junio de 2009

Brahms, Sinfonía nº 3




Os dejo aquí una de las obras más espectaculares del sinfonismo romántico. La versión es la de Chicago Symphony Orchestra dirigida por Sir Georg Solti, para mí, una de las mejores combinaciones posibles.

http://www.megaupload.com/?d=JFURKJVN

miércoles, 10 de junio de 2009

E lucevan le stelle

Cavaradossi está encarcelado en el Castello de Sant´Angelo. Su ejecución es inminente, en cuanto amanezca. Pasa sus últimos minutos de vida, mientras el carcelero prepara su ejecución, evocando los momentos íntimos compartidos con Tosca.




E lucevan le stelle...
Ed olezzava la terra...
Stridea l'uscio dell'orto...
E un passo sfiorava la rena...
Entrava ella, fragrante,
Mi cadea fra le braccia...
Oh! dolci baci, o languide carezze,
Mentr'io fremente
Le belle forme disciogliea dai veli!
Svanì per sempre il sogno mio d'amore...
L'ora è fuggita...
E muoio disperato!
E muoio disperato!
E non ho amato mai tanto la vita!...
Tanto la vita!...



Y brillaban las estrellas,
Y olía la tierra,
Chirriaba la puerta del huerto,
Y unos pasos rozaban la arena...
Entraba ella, fragante,
Caía entre mis brazos...
¡Oh, dulces besos! ¡Oh, lánguidas caricias,
Mientras yo, tembloroso,
Sus bellas formas desataba de sus velos!
Se desvaneció para siempre mi sueño de amor...
La hora ha pasado...
¡Y muero desesperado!
¡Y muero desesperado!
¡Y jamás he amado tanto la vida!
¡Tanto la vida!


P.D.: Aunque sólo fuera por el solo de clarinete del principio, y su siguiente diálogo con el tenor, merece la pena aprender a tocar el clarinete.

Curso de Luthería para intérpretes de cuerda






Este curso, que me parece sumamente interesante, se realizará en Piedras Blancas, Castrillón , Asturias, entre los días 6 y 10 de Julio de 2009.
Gracias a mis amigos de la Orquesta de los Adioses por sorprenderme siempre con vuestras iniciativas.