No conocía este Aria, ni esta Ópera hasta la semana pasada.
Toqué en una de esas galas líricas que acaban en bronca: el público de la lírica es exigente y en el último momento la soprano enfermó, así que aquello se convirtió en una buena bronca, muy futbolera o taurina, o del tipo en el que la gente que asiste a un espectáculo tiene la intención de apasionarse, de entusiasmarse a fondo. No me parece mal que la gente rompa los estrictos protocolos que se les imponen por el hecho de asistir a un concierto, pero, como intérprete, preferiría que estallaran de júbilo y no de decepción; ¡qué le vamos a hacer!
No voy a hacer ningún comentario a priori sobre la música que aquí os dejo hoy. Me gustaría, por una vez y como experimento, que fuerais vosotros, los visitantes del blog, quienes opinaran, y también los que comparasen y eligieran la versión que más os guste.
De Sansón y Dalila, de Camille Saint-Saens, "Mon coeur s´ouvre a ta voix". Quizá, como Orfeo fue la primera leyenda sobre el poder de la Música, esta sea la primera historia que habla sobre el poder de una buena melena, de tener un buen pelazo, o de la impotencia de los calvos, a cuyas filas me uniré a poco tardar. ¿Quién cree a estas alturas en las leyendas del Antiguo Testamento?
DALILA
Mon cœur s'ouvre à ta voix
comme s'ouvre les fleurs
Aux baisers de l'aurore!
Mais, ô mon bien-aimé,
pour mieux sécher mes pleurs,
Que ta voix parle encore!
Dis-moi qu'à Dalila
tu reviens pour jamais!
Redis à ma tendresse
Les serments d'autrefois,
ces serments que j'aimais!
Ah! réponds à ma tendresse!
Verse-moi, verse-moi l'ivresse!
Toqué en una de esas galas líricas que acaban en bronca: el público de la lírica es exigente y en el último momento la soprano enfermó, así que aquello se convirtió en una buena bronca, muy futbolera o taurina, o del tipo en el que la gente que asiste a un espectáculo tiene la intención de apasionarse, de entusiasmarse a fondo. No me parece mal que la gente rompa los estrictos protocolos que se les imponen por el hecho de asistir a un concierto, pero, como intérprete, preferiría que estallaran de júbilo y no de decepción; ¡qué le vamos a hacer!
No voy a hacer ningún comentario a priori sobre la música que aquí os dejo hoy. Me gustaría, por una vez y como experimento, que fuerais vosotros, los visitantes del blog, quienes opinaran, y también los que comparasen y eligieran la versión que más os guste.
De Sansón y Dalila, de Camille Saint-Saens, "Mon coeur s´ouvre a ta voix". Quizá, como Orfeo fue la primera leyenda sobre el poder de la Música, esta sea la primera historia que habla sobre el poder de una buena melena, de tener un buen pelazo, o de la impotencia de los calvos, a cuyas filas me uniré a poco tardar. ¿Quién cree a estas alturas en las leyendas del Antiguo Testamento?
DALILA
Mon cœur s'ouvre à ta voix
comme s'ouvre les fleurs
Aux baisers de l'aurore!
Mais, ô mon bien-aimé,
pour mieux sécher mes pleurs,
Que ta voix parle encore!
Dis-moi qu'à Dalila
tu reviens pour jamais!
Redis à ma tendresse
Les serments d'autrefois,
ces serments que j'aimais!
Ah! réponds à ma tendresse!
Verse-moi, verse-moi l'ivresse!
SAMSON
Dalila! Dalila! Je t'aime!
Dalila! Dalila! Je t'aime!
DALILA
Ainsi qu'on voit des blés
les épis onduler
Sous la brise légère,
Ainsi frémit mon cœur,
prêt à se consoler
À ta voix qui m'est chère!
La flèche est moins rapide
à porter le trépas,
Que ne l'est ton amante
à voler dans tes bras!
Ah! réponds à ma tendresse!
Verse-moi l'ivresse!
SAMSON
Par mes baisers
je veux sécher tes larmes
Et de ton cœur éloigner les alarmes.
Dalila! Dalila! Je t'aime!
Par mes baisers
je veux sécher tes larmes
Et de ton cœur éloigner les alarmes.
Dalila! Dalila! Je t'aime!
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