miércoles, 15 de abril de 2009

Marte no paga traidores


Odio la astucia cuando uno no se siente realmente astuto, ni quiere serlo, pensaba el capitán. No puedo enorgullecerme de ir espiando por ahí y jactarme de que llevo a cabo grandes planes. Odio pensar que estoy cumpliendo con mi deber cuando no estoy seguro de que sea así. Al fin y al cabo, ¿quiénes somos nosotros? La mayoría siempre tiene razón, ¿no es así? Siempre, siempre. Jamás se equivoca, ni un breve e insignificante momento. En diez millones de años jamás se equivocó. ¿Qué es esta mayoría y quiénes la forman? ¿Qué piensa? ¿Cómo emprendió este camino? ¿Cambiará alguna vez? ¿Y por qué demonios he caído en esta putrefacta mayoría? No me siento a gusto. ¿Será claustrofobia, temor a las muchedumbres, o sentido común? ¿Es posible que un hombre tenga razón, aunque el resto del mundo opine que "ellos" tienen razón? No lo pensemos. Sometámonos, animémonos, y apretemos el gatillo. ¡Vaya, y vaya!


Cronicas marcianas-Ray Bradbury
Junio de 2001-Aunque siga brillando la luna (extracto)

2 comentarios:

Marcos dijo...

¿Ésta es la crónica que cuenta la rebelión de Spender, verdad?

Siente que pertenece a aquel mundo que no debe ser tocado, manchado, ni después de muerto. El libro de plata, la huida por las montañas,...


Abrazo.

Cualquiera dijo...

Exacto, Marcos.
El Marte virgen y muerto que hay que respetar. En este contexo hasta los esclavos voluntarios se plantean por qué lo son.

Un abrazo.